Peligro.
Así pasó una semana, Jungkook se portaba cálido y amable con Jimin ante la mirada de extraños, más cuando se encontraban a solas, volvía a su frialdad de siempre.
—Extraño sus besos, sus caricias, él está enojado conmigo con justa razón. ¿Qué hombre puede soportar que su esposo lo rechace?
—Señor Jimin, llegamos a casa de sus padres —le anunció el chofer.
—Gracias. ¿Podrías depositarme estas dos cartas al correo? Una es para Australia y la otra para Gangneung.
—Por supuesto señor Jimin.
—Y después regresas por mí, dentro de dos horas.
—Así lo haré, señor Jimin —el chofer descendió del vehículo y le abrió la puerta a su señor.
Cuando Jimin entró a la casa de sus padres, por un momento recordó el día en que llegó ahí por primera vez. Era un niñito llorón, temeroso de todo, pero los brazos amorosos de los señores Park le dieron fortaleza, la misma que ansiaba encontrar ahora, que era un hombre casado.
—Jim, cariño, qué alegría verte aquí —lo recibió su madre abrazándolo y dándole un beso en la frente—. ¿Y tu marido no viene contigo?
—Pidió que lo disculparan, tuvo que asistir a una junta urgente con Jungwon, antes de que se marche a su luna de miel, tienen que resolver algunos asuntos.
—Negocios, siempre negocios.
—Y hablando de negocios —la voz de su padre se hizo presente—. ¿Tu marido está de acuerdo en que sigas estudiando?
—Jungkook es un hombre muy comprensivo —Jimin quedó pensativo—. ¿Cómo reaccionarán cuando sepan que Jungkook me dejará en seis meses?
—La verdad, no pudiste conseguir mejor partido —dijo entusiasmada su mamá—. Es muy pronto todavía, pero... ¡Me muero de ganas de ser abuela!
Jimin se puso pálido.
—Mujer, no lo asustes, deja que disfrute de la compañía de su esposo, los hijos vendrán después.
—Lo siento, es verdad, se me olvida que no tuviste luna de miel.
—No se preocupen por eso. ¿Y no me invitan a tomar el té? —y así le dio largas a un asunto que tarde o temprano tendría que enfrentar.
✧✦✧
—¿Qué... diablos? —expresó sin dar crédito a lo que Jungkook le decía—. Ustedes dos sí que lo complican todo —Jungwon caminaba de un lado a otro de su oficina con las manos en la cabeza.
—Esto no tiene remedio, Jung —mirando por la ventana, Jungkook le explicaba a Jungwon la situación con Jimin—. Fue un error habernos casado.
—Y yo que pensaba que la situación de Taehyung y Yoongi era complicada, pero Jimin y tú se llevan las palmas.
—Hice todo de mi parte, para que esto funcionara —hablaba con una extraña calma.
—¿Estás seguro? Porque desde que comenzaron su relación siendo apenas unos chiquillos, nada ha ido bien.
—¿A qué te refieres? —dijo saliendo de su letargo.
—Tú nunca lo conquistaste, él nunca te coqueteó. ¿Cuándo se ha visto que una relación amorosa se base en solo "dame" y nada en "doy"?
—Ya le ofrecí mi corazón, y me lo rompió al negarse a ser mi marido.
—¿Y quieres que él se te entregue a la primera, después de que lo despreciaste como pareja?
—Eso ya es historia vieja, yo le pedí perdón, y él me perdonó... creo.
—Lo ves, Jungkook —le habló mirándolo a los ojos—. Nunca han aclarado las cosas entre ustedes dos.
—No tuvimos tiempo, sus padres nos pillaron.
—Si no los hubieran pillado, estoy seguro de que Jimin te hubiera rechazado igual —Jungwon tomó una bocanada de aire y exhaló profundo antes de continuar hablando—. No me gustaría irme de viaje dejándote en esta situación.
—No te tienes que sacrificar por nosotros, sabremos resolver nuestros problemas.
—Se te avecinan tiempos difíciles.
—Nuestros primos, lo sé.
—Si aclararas las cosas con Jimin, si vivieran como un sólido matrimonio, a ti nadie te vencería.
—Si se pudiera...
✧✦✧
Al día siguiente en la escuela, Minhyun se acercó sigiloso a Jimin, quien leía su examen calificado con un excelente promedio.
—¡Necesito hablar contigo Jimin! —y provocó que casi brincara de su lugar.
—¿Hay algo pendiente entre nosotros?
—Contigo nada, con tu marido. Mi hermana Yeji y yo, hemos notado que ahora el mundo de Jungkook gira en torno a ti, así que, si no podemos convencerlo por las buenas, tal vez quiera por las malas.
Jimin tembló al escuchar su amenaza y notar como ardía fuego en sus ojos.
—¿Me estás amenazando? —trató de hablar lo más sereno posible.
—Sí, dile a Jungkook que no acepte ese tonto fideicomiso, o su tímido esposo puede recibir las consecuencias —y le rozó la mejilla, haciendo que Jimin diera un paso atrás.
—Ese fideicomiso es protección para el futuro de Yeji y el tuyo, Jungkook me lo explicó.
—Jungkook te puede decir que el cielo se está cayendo y tú se lo creerás porque eres muy ingenuo y tonto. Lo que sí puedes y debes creer... —comenzó a acercársele—. Es que quizás, yo te pueda enseñar algunos trucos... —y volvió a tocarle su mejilla—. Y placeres en la cama, que el simple de mi primo ni siquiera sepa que existen —su cercanía ya no era prudente.
—Joder que debo hacer —Jimin trataba de que los nervios no lo traicionaran, con la cara de Minhyun a centímetros de su rostro—. ¿Qué haría Taehyung en mi lugar? —imágenes del joven rubio le llegaron de repente.
Minhyun no estuvo muy seguro de lo que pasó, alguien le dio un fuerte pisotón y luego una rodilla se estampó en sus partes nobles que lo hizo doblar de dolor. Lo único que alcanzó a distinguir fue a Jimin huyendo del lugar.
—Estoy seguro de que estábamos solos, auch.
✧✦✧
La campana que utilizaba la escuela para reunir a todos los alumnos comenzó a sonar, algo fuera de lo común ese día, sin embargo, todo el alumnado se concentró en el patio principal, cuando la mayoría de los alumnos estuvo presente, los dos rectores hicieron acto de presencia.
—Estimados alumnos de la escuela y la Universidad —comenzó hablar el señor Youngjae—. Hemos tenido una serie de problemas en las instalaciones de este edificio... Alguien está tapando los baños, rompiendo las ventanas, desapareciendo las llaves de los salones, como si fueran travesuras de colegiales —un gran murmullo se levantó.
—Voy a dirigirme a ese "vándalo" —intervino el otro rector y todos comenzaron a mirarse sospechosamente—. No nos va amedrentar, estamos tras su pista y esta vez, ni su dinero ni su linaje, nos va a detener de tomar medidas legales en su contra.
—Por lo pronto —volvió a hablar el señor Youngjae—. Necesitaremos una semana para reparar los daños y que puedan retomar sus clases.
—Es decir —segundó el otro—. Tienen una semana de vacaciones "forzadas", tómenlo como un respiro tras sus exámenes, tendrán tiempo para analizar sus errores y aciertos, eso es todo, pueden retirarse.
Los alumnos se fueron alejando poco a poco, más cuando los rectores desaparecieron de vista, un gran júbilo cimbró el lugar.
—Iré a tomar el sol a la playa, no habrá mucha gente —se escuchó decir.
—Yo no saldré de mi cama —dijo otro por ahí.
Todos hacían planes para aprovechar esas vacaciones forzadas. Jungkook localizó a Jimin entre los alumnos y se acercó, le tocó el hombro y él se sobresaltó, pero él tomó con otro sentido su reacción.
—Ya sé que no soportas mi presencia...
—No digas tonterías, solo me agarraste desprevenido.
—En fin, ¿qué es lo que te gustaría hacer esta semana? —preguntó sin darle importancia.
—Mmm, no lo sé... sí... ¡Ya lo tengo! Vamos a visitar a Taehyung.
—No.
—¿No?
—No vamos a ser mal tercio.
—No andas bien en matemáticas, seremos cuatro.
—No lo dije en sentido literal, no podemos ir a importunarlos.
—¡Por favor, por favor! —Jimin parecía un niño pequeño y Jungkook tuvo que controlarse para no soltarse a reír.
—Está bien, tú ganas.
—¡Si! —y corrió a abrazarlo y darle un beso en la mejilla.
Por un momento Jungkook se sintió el rey del mundo.
—El amor, el amor —la voz de Minhyun molestó otra vez.
Jimin al verlo se pegó más a Jungkook, quien notó su reacción.
—¿Qué quieres?
—¿Acaso siempre tengo que querer algo para saludar a mi primo? —miró lascivamente a Jimin—. Y a mi nuevo primito.
—No me gusta tu actitud, Minhyun —Jungkook puso un brazo sobre los hombros de Jimin, acercándolo.
—Solo digo que ahora tienes que cuidar más de tus intereses, que los ajenos —y antes de que Jungkook dijera algo, se alejó presuroso.
Jungkook tomó a Jimin de los hombros, mirándolo a los ojos.
—¿Sucedió algo con Minhyun? ¿Te hizo algo?
El menor vio una furia creciente en los ojos de Jungkook.
—No sucede nada, no te preocupes.
—Ahora más que nunca nos debemos de alejar de aquí, mientras los trámites del fideicomiso concluyen... te tengo que alejar de Minhyun.
Jimin se quedó de una pieza, ¿ese era el hombre que le había pedido el divorcio? ¿Por qué se preocupaba tanto por alguien que lo rechazó?
—Mandaré un telegrama a Taehyung, no quiero que lleguemos de sorpresa.
Ambos salieron de la escuela rumbo a su casa, quizá lo sucedido haya sido una nueva oportunidad para aclarar las cosas entre ellos, al menos eso es lo que pensaba cada uno, en su mundo particular.
✧✦✧
Una cabellera rubia corría de un lado a otro, de tanto en tanto se asomaba a la ventana, esperando ver llegar a ciertos invitados.
—Calma Taehyung, ya me pusiste nervioso y eso que no son nada mío.
—¿Cómo que nada tuyo? Son tus primos.
—Solo porque tú los "adoptaste", no significa que los tenga que adoptar yo también.
—Yoongi.
—Solo bromeo, amor —Yoongi atrapó a Tae entre sus brazos y le besó la nariz—. Y no frunzas tanto la nariz, se te notan más las pecas.
—No te metas con mis pecas.
Yoongi no pudo evitar una carcajada, cuando tocaron la puerta.
—Creo que ya llegaron.
A Yoongi se le escapó un torbellino rubio de entre los brazos, que fue abrir personalmente la puerta.
—¡Jimin! ¡Jungkook!
Los abrazos no se hicieron esperar, los correspondientes saludos se realizaron y los comentarios del viaje. Poco después, Taehyung mostraba a sus invitados sus habitaciones.
—Tienes una casa hermosa, Tae —comentó Jungkook, contemplando los detalles arquitectónicos.
—No es tan grande ni lujosa como la tuya, pero para mí es un palacio, acomoden sus cosas y bajen al comedor.
—Estaremos listos.
Taehyung los dejó y cerró la puerta, Jimin y Jungkook se miraron y voltearon a ver el cuarto, obviamente, solo existía una cama.
—Yo puedo dormir... —comenzó a hablar Jungkook.
—No, no digas nada ahora —se atrevió a poner sus dedos en los labios de Jungkook—. Hagamos lo que nos dijo Tae —y presuroso se dispuso a desempacar, dejando a Jungkook parado con el corazón desbocado.
La cena con los Min resultó muy amena.
—Por fin Jungwon se fue de luna de miel —explicó Jungkook—. Estaba preocupado por el asunto de nuestros primos.
—Será mejor que te cuides de ese par, elegante —habló Yoongi.
—Lo sé, pero la abuela Misook me hizo prometer que los protegería aún en contra de ellos mismos.
—Pues pesada carga te ha heredado, no es justo —protestó Taehyung.
—La tendré durante diez años, si en ese lapso de tiempo ellos aprenden a ser independientes económicamente, su fortuna estará a salvo.
—Por favor —intervino Jimin—. Dejen de hablar de los Jeon por el día de hoy.
—Es verdad —reconoció Tae—. Jungkook está aquí para descansar de ellos, aunque sea un par de días.
—Si están cansados del viaje, pueden subir a su habitación... —ofreció Yoongi.
—¡No! —dijeron al unísono Jungkook y Jimin.
—Si no es inoportuno, me gustaría hablar contigo, Tae —dijo Jimin—. No tardaré mucho.
—Y a mí me gustaría que me invitaras una copa de whisky, Yoongi —pidió Jungkook.
—Muy bien, vamos a la biblioteca, mientras ellos platican un rato.
Cuando los jóvenes abandonaron el comedor, Taehyung miró a los ojos de Jimin.
—Muy bien Minnie, ahora dime la verdad, ¿qué está pasando entre Jungkook y tú?
—¿Qué te hace pensar que pasa algo raro entre nosotros?
—No quieras contarle las rayas al tigre.
—Está bien, es penoso contártelo...
Con la cara encendida de carmín, Jimin le contó la penosa situación con Jungkook y su intención de divorcio.
—¿Qué les pasa a ustedes dos? —explotó Taehyung—. Tienen todo para ser felices y lo desperdician por cosas sin importancia y me extraña más de ti.
—¿De mí?
—Tú sabes lo que es perder el amor de tu vida, pensé que al recuperarlo, te aferrarías a él con uñas y dientes.
—¿Y si él me quiere volver a dejar?
—Está en ti, que eso nunca llegue a suceder.
—¿Cómo?
—Utiliza tus armas de hombre —y se puso en actitud seductora.
—Hablas como Yuna.
—Y tiene razón, no hay nada más maravilloso en el mundo que hacer el amor con el hombre que amas, pero esto no termina solo en la cama, el día a día es una oportunidad para mantener vivo el amor, en todos los aspectos, no solo en lo físico, y todo eso hará que tu hombre te quiera dejar por nada ni por nadie.
En esos momentos, Jungkook y Yoongi hicieron su aparición.
—Observa, Jim —y coquetamente se acercó a su marido, le dio un beso en la mejilla y se acurrucó en sus brazos—. Yoongi amor, ¿me podrías dar un masaje en mis pies?
—Lo que mi pequitas ordene, solo con la condición que después me des un masaje en mi espalda —contestó Yoongi.
—Propuesta aceptada.
Y Yoongi volteó a ver a Jungkook y le susurró: —Que te dije.
—Hasta mañana muchachos —se despidió Tae y se retiró con Yoongi.
Jungkook y Jimin se quedaron solos nuevamente.
—Bueno pues, a dormir —anunció Jimin y se fue a la habitación seguida de Jungkook.
Cuando llegaron a la habitación, Jungkook prendió la luz de la lámpara y siguió con su cantaleta inicial.
—Con unas frazadas como colchón, podré dormir en el piso...
—Me voy a meter al vestidor a cambiarme —le interrumpió Jimin—. Cuando salga, espero verte en la cama —y se metió al vestidor.
Jungkook parpadeó varias veces antes de fijar su vista a la puerta del vestidor.
—¿Escuché bien? ¿Jim me ordenó que me metiera a la cama? ¿Con él? —él ya no quiso perder el tiempo y rápidamente se cambió de ropa, se puso su pijama y se metió a la cama en un santiamén—. ¿Y si le entendí mal? —pronto, obtuvo su respuesta.
Del vestidor, salió Jimin sin su camiseta de dormir, pero para Jungkook fue como si hubiera salido con la ropa íntima más atrevida.
El menor con la mirada en el piso, llegó hasta la cama y se deslizó entre las sábanas, provocando que las inquietudes masculinas de Jungkook se dispararan.
—Que pases bonita noche —Jungkook casi gritó, apagó la luz de la lámpara y se envolvió entre las sábanas, dándole la espalda.
—Buenas noches, Kook —le contestó todo sonrojado y se acurrucó en su espalda.
Pasaron varios minutos en silencio.
—Jimin... ¿Qué estás haciendo?
—Tratando de dormir.
Pasaron otros minutos más.
—¿Acaso me quieres volver loco?
—Si.
Jungkook se incorporó rápidamente al escuchar la respuesta de Jimin, y volvió a prender la lámpara.
—¿Por qué? —le preguntó mirándolo a los ojos.
—Por... —y bajó la mirada—. Porque te amo y no quiero que nos divorciemos.
—Pero tú no quieres ser mi marido.
—Eso es... un pequeño contratiempo, que trataré de arreglar y...
—Espera, espera. ¿Cómo que un pequeño contratiempo?... ¿Quiere decir que no me rechazaste porque ya no me amas?
—Yo nunca te he dejado de amar, aunque... no te mereces mi devoción por ti.
—Ya te pedí perdón por haberte dejado, ¿de qué otra manera quieres que te pida perdón?
—Sí, sufrí mucho por tu abandono... pero eso solo fue la gota que derramó el vaso.
—Jungwon tiene razón, tenemos que hablar —se levantó—. Muy bien, entonces... comienza a hablar, por favor.
Jimin analizaba la situación.
—Si le abro totalmente mi corazón, ¿resultaré nuevamente herido? Tal vez... ahora sí, me dejará para siempre —recordó todos los consejos de Taehyung y de Yuna.
Si quería llegar a algo sólido con Jungkook, tenían que hablar con el corazón en la mano.
Jimin suspiró profundamente antes de comenzar a hablar.
—Reconozco que acepté la promesa que le hiciste a Taehyung para que te quedaras conmigo, solo por estar a tu lado, no me importaba que estuvieras enamorado... de él.
—Sí, lo estuve, pero ese sentimiento se convirtió en un cariño entrañable de hermanos, sólo eso.
—Pues a mí me tratabas como a tu hermanito pequeño, nunca me viste como pareja. ¿Por qué nunca me besaste en nuestro noviazgo?
—Tú tuviste la culpa.
—¿Yo?
—Tú te la vivías idolatrándome, cualquier cosa que te decía estabas de acuerdo solo por complacerme, además... nunca te comportaste provocativo conmigo.
—Porque el comportamiento de un joven prometido es ser reservado, si te me hubiera insinuado seguramente pensarías que era un descarado.
—Si lo hubieras hecho para muchos hombres, por supuesto que lo pensaría, pero quería que me provocaras a mí, solo a mí. El día que bajaste por las escaleras del brazo de Minho, casi me vuelvo loco, quería desaparecer a Minho, y a cada persona que posaba su mirada en ti.
—Yo nunca fui un coqueto.
—Lo sé, pero esa vez, volviste mis sueños realidad al vestirte como me hubiera gustado que te vistieras para mí, fuiste tan tú.
—Sí yo no me insinué, ¿por qué no lo hiciste tú? ¿No se supone que los hombres dan el primer paso?
—Porque no me provocabas, siempre callado, siguiendo la etiqueta. Jimin, no sabes como me habría gustado que me hubieras llevado la contra, aunque fuera una sola vez —Jungkook pensó que Jimin rompería en llanto, pero no podía parar—. Llegué a quererte, a pesar de todo, tú has estado conmigo en las buenas y en las malas, tu cariño me fortaleció en muchas ocasiones. Pero necesitaba más, quiero a un hombre que tome decisiones por si mismo y también quiero un hombre que me complazca como hombre.
—Si me tienes paciencia, lo haré.
—Jimin —Jungkook fue a su encuentro y le tomó el rostro entre sus manos—. No quiero que lo hagas por deber... sino que lo sientas.
—Yo lo siento... —tenían los rostros muy juntos—. Perdóname por no entregarme a ti en nuestra noche de bodas, pero me moría de miedo, no sabía si iba a estar a la altura de la persona que tú esperas de mí. Además... desde que terminaste conmigo la primera vez, nació en mí una desconfianza, un temor a sufrir otra vez, esa noche te iba entregar no solo mi cuerpo sino mi alma entera, si me rechazabas otra vez... no tendría nada por qué vivir.
—Jim, lo siento, los "perdón" no serán suficientes nunca, pero déjame demostrarte mi arrepentimiento y la sinceridad de mis sentimientos, quiero llegar a ser el hombre que siempre has soñado, aunque no soy perfecto.
—Yo sólo quiero a un hombre que me tome en cuenta, que sea detallista y... que me haga suyo.
Esa fue una clara invitación que Jungkook tomó gustoso, tomó sus labios, y los saboreó, reclamando para sí, el derecho de tenerlos para siempre.
A Jimin se le desbocó el corazón, pero ya no le importaba, quería que ese hombre lo hiciera suyo, quería que Jungkook fuera su hombre.
Jungkook lo recostó, y comenzó a besarle el cuello, con las manos libres de toda atadura, lo acariciaba todo el abdomen, provocando que Jimin se estremeciese; su ego masculino creció, más de pronto...
—No, Jungkook, espera.
—¿Y ahora qué sucede? —lo soltó incorporándose, más que molesto.
—Estamos en casa de Taehyung y Yoongi.
—¿Y qué tiene de malo eso? Ellos están en su cuarto y nosotros dos aquí solitos
—y volvió a apoderarse de su cuello.
Más Jimin se mantuvo firme.
—Por favor, Kook, escúchame.
Fastidiado, Jungkook se sentó en la cama y cruzó los brazos.
—Bien, seré paciente, te escucho.
—Quiero que lo hagamos en casa.
—¿En nuestra casa?
—Sí, como debió de haber sido.
—Mañana mismo nos regresamos.
—Jungkook, no podemos ser groseros.
—Pero Jimin... —protestó sin mucho éxito al ver la cara de Park suplicante—. Está bien, total, ya esperamos mucho tiempo, puedo esperar unos días más.
—Gracias, gracias —y lo abrazó, besándole todo el rostro.
—No abuses Jimin.
Jungkook volvió a apagar la lámpara, y se acostó abrazando a Jimin.
—Buenas noches, Jim.
—Contigo a mi lado siempre tendré buenas noches, amor.
✧✦✧
A la mañana siguiente, los Min resultaron ser muy buenos anfitriones, llevaron a la joven pareja de Seúl a los lugares más significativos de Australia, comieron en un restaurante al aire libre, y luego se fueron a caminar sin rumbo fijo, sólo disfrutaban de la agradable compañía.
De vez en cuando Yoongi jalaba a Taehyung hacia la oscuridad de una calle, para robarle un beso.
Jungkook no se quería quedar atrás y lo imitó. ¿Y Jimin y Taehyung? Felices de la vida, sintiéndose deseados y amados.
Pasaron los días y a pesar de la impaciencia de Jungkook por regresar a Seúl, pudo disfrutar de esos días de tranquilidad, y con la certeza del amor de Jimin fueron para los dos una pequeña luna de miel, su relación se fortaleció, y los malos entendidos se fueron aclarando.
—Jungkook, ya revisé nuestras maletas, pero no estaría de más que las checaras tú... Jungkook, ¿me estás escuchado?
Pero Jeon estaba más ocupado en mordisquearle el hombro, que en atender a sus palabras.
—¿Estás seguro que quieres que esperemos a estar en casa?
—Jungkook, amor, solo es un día, y la espera habrá valido la pena, te lo aseguro.
Jeon hizo un puchero gracioso, que provocó la risa de Jimin. Jungkook volvió a sonreír otra vez, y se volvieron a perder en un apasionado beso.
Cuando no tuvieron más remedio que separarse para tomar aire, se acordaron de que Taehyung y Yoongi los estaban esperando para cenar, la última noche antes de regresar a Seúl. Bajaron al comedor, donde los anfitriones ya los estaban esperando.
—Quiero que hagamos un brindis, aunque sea con vino tinto —anunció Tae—. Por el porvenir de la familia.
—¡Por el porvenir! —brindaron todos.
—La próxima semana empiezo a trabajar en el Cape Breton Regional Hospital —anunció Taehyung.
—¿Vas a permitir que trabaje? —Jungkook interrogó a Yoongi.
—Si no lo dejo, me mandará a dormir al sillón, ¿y tú permites que el "tímido" ande inventando "Chefs" que no existen?
—Esa lección ya la aprendí —intervino Jimin.
—Cuando regrese a Seúl, atenderé a algunas personas que quieren el servicio del "Chef Francés", les diré la última mentira, que el Chef Huening tuvo que regresar a Francia, pero que me confió sus recetas, les daré una degustación para convencerlas de que puedo ocupar su lugar.
Yoongi volteó a ver a Jungkook.
—Tu esposito sí que tiene una imaginación bárbara, debería de escribir una novela, ¡explótalo! O préstamelo para escribir una obra de teatro.
—No te metas con él, idiota.
—Solo fue un cumplido, imbécil.
—Ya van a comenzar —anunció Tae.
—Déjalos, así se muestran el cariño que se tienen.
Los dos chiquillos estallaron en risitas, y los dos jóvenes los miraron con los ojos como platos.
La cena pasó muy amena, después siguieron conversando en la sala un buen rato, hasta que fue la hora de retirarse a dormir.
✧✦✧
En el aeropuerto se escuchó anunciar el viaje rumbo a Seúl, dos amigos se abrazaban nostálgicos por separarse nuevamente.
—Llámame pronto —pidió Taehyung.
—Y tú respóndeme de inmediato.
—Así lo haré.
Acomodados en sus lugares los señores Jeon se despidieron de sus amigos, los señores Min.
—Nos vamos a casa, amor —Jimin se acurrucó en brazos de Jungkook.
—Aunque estoy feliz por regresar, debo de reconocer que me la pasé muy bien, con esos dos rebeldes.
—Sí, ellos han formado un sólido matrimonio, así como quiero que sea el nuestro.
—Lo será, amor, lo será.
—Aunque siempre habrá problemas que sortear.
—¿A qué te refieres?
—Tae no me lo dijo, pero tampoco quise preguntar, pero... creo que siguen teniendo problemas con Tzuyu.
—¿Por qué llegaste a esa conclusión?
—Si las cosas con ella estuvieran en paz, Tae no hubiera evadido tanto al referirse a ella.
—Creo que tienes razón, Yoongi se hubiera empeñado en mostrarme el acuerdo que llegó con ella, cosa que no lo hizo.
—Espero que se resuelvan las cosas favorablemente para ellos.
—Yo también lo espero... ¡Oye! Creo que Yoongi tiene razón, te voy a rentar como detective.
—¡Jungkook!
—¡Bromeo amor! —riendo lo abrazó.
Por fin llegaron a su casa, pero los asuntos pendientes les negaron la noche de amor anhelada.
Jungkook recibió un mensaje de su abogado, Jimin preparó sus libros para regresar a la escuela al día siguiente, y además llamó a sus padres, para decirles que había regresado de su viaje.
Cuando entró la noche lo único que querían era dormir, y se quedaron profundamente dormidos uno en brazos del otro, en la recámara principal.
El día llegó y los dos saltaron apresurados.
—Joder, nos tenemos que apurar sino llegaremos tarde a las clases.
—Jimin, yo no voy a ir el día de hoy a clases, ayer recibí un mensaje del abogado de los Jeon, tengo que ir a la oficina de Jungwon para revisar el fideicomiso.
—¿No esperarán a que regrese Jungwon?
—Solo revisaré los acuerdos previos.
—Está bien amor, ten cuidado.
—¿Por qué te pusiste nervioso? Tus manos están frías.
—Todo esto del fideicomiso me da mala espina.
—Espero que tu intuición te falle esta vez —trató de bromear, pero después se puso serio—. Por precaución, pedí que te cuidaran mientras estás fuera de casa.
—Jungkook, no es necesario...
—No hay pero que valga, nunca me perdonaría que te ocurriera algo malo por mi culpa.
A regañadientes, Jimin aceptó y después de desayunar tomaron cada quien su rumbo.
Park llegó a la escuela en un coche que designó Jungkook exclusivamente para él, manejado por un guardaespaldas.
—Creo que mi esposo, ha exagerado un poco, señor Kang.
—Ninguna precaución es exagerada, señor Jimin —le respondía el guardaespaldas que le abría la puerta cortésmente.
El menor bajó del coche y cruzó la calle junto con el guardaespaldas. Más de pronto un rechinar de ruedas se escuchó muy cerca, los dos voltearon hacia el sonido y vieron aproximarse hacia ellos un automóvil a toda velocidad.
—¡Cuidado señor Jimin! —gritó el guardaespaldas jalando al menor, quien se había paralizado de la impresión de ver atacada su integridad.
✧✦✧
Jungkook se movía inquieto en su sillón, estaba muy distraído, tuvo que pedirle al abogado que le repitiera algunas cosas. En ese momento tocaron a la puerta, y entró la secretaria de su hermano.
—Señor Jeon, alguien llamó del hospital diciendo que atropellaron a su esposo.
Jungkook se puso de pie como resorte y pálido como el papel. Se disculpó rápidamente con los abogados y salió corriendo al hospital.
Jimin se encontraba sentado en una cama donde un doctor lo terminaba de examinar, estaba pálido, y sus ojos denotaban un terror creciente, pero se mantenía callado.
Jungkook entró al cuarto como una tromba seguido de un doctor que intentaba detenerlo.
—¡Jim! —gritó angustiado, al mirarlo lleno de moretones en los brazos y un notable golpe en la cabeza.
—Tranquilo señor Jeon, se ve más aparatoso de lo que en verdad es.
Jimin al verlo, regresó a la realidad de lo que había pasado y estalló en lágrimas.
—Jungkook... —le tendió los brazos para que lo abrazara—. He tenido tanto miedo.
Jungkook lo abrazó con cuidado, procurando no lastimarlo.
—Tiene moretones y un pequeño golpe en la cabeza, pero nada de cuidado —indicó el galeno—. Me preocupaba más que no reaccionaba ante lo acontecido, pero llorar lo ayudará a sacar todo el miedo que tiene acumulado.
—Jimin, amor, ¿qué fue lo que sucedió? —preguntó tratando de hablar calmadamente.
—El señor Kang y yo cruzábamos la calle hacia la escuela, cuando un auto se fue contra nosotros —comenzó a relatar mientras trataba de tranquilizarse—. El señor Kang me jaló hacia la banqueta. ¡Y el auto lo aventó a él! ¿Qué le habrá pasado?
—No se preocupe señor Jeon, él sufrió un fuerte golpe, pero gracias a que es una persona entrenada para estos casos, le salvó la vida; ahora se encuentra en recuperación en el cuarto de al lado.
—No quiero pensar en lo que hubiera ocurrido sino te hubiera puesto protección.
—La policía llegará en cualquier momento, doctor —les anunció una enfermera.
—No se preocupen señores Jeon, les pediré que interroguen al señor Jimin hasta mañana, ya que se haya recuperado un poco del susto.
—Se lo agradezco mucho doctor.
—No hay nada que agradecer, ahora si me lo permiten, iré a revisar al señor Kang.
El doctor y la enfermera salieron, dejando a la pareja asimilando lo ocurrido. Esto ya no eran simples amenazas, había actuado contra su integridad, ambos sabían quiénes eran los responsables, pero sin pruebas... se tornaba más peligroso.
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